Después de unas merecidas vacaciones, llega el momento de volver a la rutina. Después de unas semanas de cierta permisibilidad, los pacientes deben recuperar los hábitos saludables que habían conseguido durante el año.
Como es sabido, el verano era un momento delicado para la salud bucodental. El abandono de la rutina diaria de higiene oral, los cambios en los hábitos alimentarios, el calor, la deshidratación y la práctica de algunas actividades de riesgo propias de esta época aumentan la incidencia de caries dental,,enfermedad periodontal, halitosis, hipersensibilidad dental, traumatismos dentales y xerostomía1.
Una higiene bucodental inadecuada, las altas temperaturas y una hidratación deficitaria, que disminuye el flujo de saliva y el efecto protector de la misma, son las responsables de la proliferación bacteriana, del acúmulo de placa y de la inflamación gingival que pueden llevar a la enfermedad periodontal.
Por ello, puesto que el verano suele asociarse a un empeoramiento del estado periodontal, es muy importante que los pacientes, al regresar de sus vacaciones, extremen las medidas de higiene bucodental, con un uso correcto del cepillo de dientes, del hilo o cinta dental, de los cepillos interdentales y/o de los irrigadores, y tomen conciencia de la necesidad de pedir cita en la clínica dental para que pueda valorar la situación y adoptar las medidas oportunas, indicando, si hiciera falta, la necesidad de tratamiento dental.