Según la última encuesta epidemiológica realizada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la cifra de españoles que ingiere alcohol en exceso y de manera problemática para su salud permanece inalterada desde hace varios años, siendo 1.550.000 los ciudadanos que mantienen un consumo cotidiano de bebidas alcohólicas consideradas de riesgo.
El alcohol, socialmente aceptado en muchos países occidentales, es, después del tabaco, la droga más consumida en España, y tiene importantes repercusiones tanto sobre la salud general como sobre la salud bucodental.
El desinterés que presentan las personas con graves problemas de alcoholismo, que les hace despreocuparse de su higiene bucodental, está relacionado con gran parte de las patologías orales que éstas padecen1:
Si se repasa la literatura médica, son varios los estudios que relacionan el consumo de alcohol con un riesgo aumentado de enfermedad periodontal2,3 y con una pérdida más acusada de soporte óseo4.
El consumo de alcohol altera la función de los neutrófilos, los macrófagos y las células T, lo que incrementa el riesgo de infecciones, y es un factor de riesgo independiente y modificable de enfermedad periodontal5. Las personas con dependencia alcohólica presentan un peor estado periodontal y unos valores más altos de patógenos periodontales (Prevotella intermedia, Eikenella corrodens y Fusobacterium nucleatum) y de citocinas (interleucina 1β) que los no consumidores6.
Sin embargo, no todos los estudios van en la misma línea y hay alguno, como uno publicado hace unos años en el Journal of Clinical Periodontology, que indica que, si bien el consumo de alcohol se asocia a una mayor incidencia de caries dental, no hay una relación clara entre esta sustancia y la enfermedad periodontal7.
Sea como fuere, es evidente que abusar del alcohol es perjudicial tanto para la salud bucodental como general y que, por tanto, es muy importante concienciar a la población de los peligros de este hábito tóxico.