La periodontitis es una enfermedad crónica prevalente que se asocia a una peor calidad de vida relacionada con la salud oral y a numerosas enfermedades sistémicas (p. ej., diabetes, enfermedades cardiovasculares o enfermedad renal crónica)1–3. Por esta razón, es necesario diagnosticar la periodontitis de forma temprana y precisa. A este respecto, la actual clasificación de las enfermedades periodontales y periimplantarias subraya la importancia de introducir biomarcadores para mejorar la precisión en el diagnóstico temprano de la periodontitis4.
En la periodontitis, la destrucción del tejido periodontal se inicia con una disbiosis de la microbiota oral y la consiguiente sobreactivación de la respuesta inmunitaria del huésped, la cual altera la expresión de distintas proteínas y metabolitos5. Por eso, varios estudios han investigado la precisión de distintos biomarcadores moleculares individuales en el fluido crevicular gingival (FCG) o la saliva en el diagnóstico de la enfermedad periodontal. No obstante, debido a la complejidad de la periodontitis y a la acción combinada de distintos componentes relacionados con la inflamación o la destrucción tisular, se ha reconocido la importancia de emplear más de un biomarcador6.
Hasta hace poco no existía ningún metaanálisis de la combinación de varios biomarcadores en saliva y FCG para diagnosticar la periodontitis. Sin embargo, el grupo de investigación de Blanco-Pintos et al. recientemente llevó a cabo una revisión sistemática con metaanálisis con el fin de determinar la precisión de distintas combinaciones de biomarcadores en saliva y FCG en el diagnóstico de la periodontitis7.
Los autores realizaron una búsqueda bibliográfica de los estudios que evaluaban la combinación de al menos dos biomarcadores moleculares en el FCG y/o saliva de individuos con periodontitis. Los participantes de los estudios eran pacientes con periodontitis —individuos diagnosticados de periodontitis mediante parámetros convencionales (profundidad al sondaje, pérdida de inserción clínica o pérdida ósea), pero sin diagnóstico de enfermedades sistémicas— y controles —individuos sanos a nivel periodontal o diagnosticados de gingivitis—. Los metaanálisis se realizaron en aquellas combinaciones que presentaban un mínimo de tres tablas de contingencia en dos o más artículos.
Teniendo en cuenta los criterios anteriores, la revisión incluyó un total de 10 publicaciones con biomarcadores en el FCG y 13 publicaciones con biomarcadores salivales, las cuales permitieron la extracción de 21 combinaciones de biomarcadores en el FCG y 47, en la saliva.
En cuanto a las combinaciones en el FCG, no fue posible realizar metaanálisis. No obstante, los autores observaron que algunas de las combinaciones descritas entre dos citocinas (interleucinas IL-1a, IL-1b o IL-17ª, junto con interferón g o IL-10) mostraban una sensibilidad y especificidad superiores al 90%. En el caso de los biomarcadores salivales, los autores pudieron realizar metaanálisis en 6 de las 47 combinaciones extraídas. Los biomarcadores de estas combinaciones consistían en mediadores pro-inflamatorios o de respuesta inmunitaria (IL-1b, IL-6 y proteína inflamatoria de macrófagos [MIP]-1a) y una enzima (metaloproteinasa de la matriz [MMP]-8). La sensibilidad (S) y especificidad (E) de estas combinaciones, fueron las siguientes:
Teniendo en cuenta estos resultados y una prevalencia de la periodontitis del 45%, los autores describían que las combinaciones IL-1b y MMP-8; IL-1b e IL-6, y MMP-8 e IL-6, utilizadas como herramienta de cribado inicial, permitirían identificar el 78-81% de los pacientes con periodontitis y el 85%-88% de los individuos sin periodontitis.
En resumen, el estudio de Blanco-Pintos et al. mostró que las combinaciones duales de los biomarcadores moleculares IL-1b, IL-6 y MMP-8 en la saliva pueden diagnosticar la periodontitis con una alta precisión.