Según numerosos estudios, la periodontitis se relaciona con varias afecciones sistémicas, como las enfermedades cardiovasculares o la diabetes. Sin embargo, hay pocas investigaciones acerca de cómo afecta la periodontitis al consumo de medicamentos. Por esta razón, Frankenhaeuser et al. quisieron estudiar la posible asociación entre el estado periodontal basal y la adquisición de medicamentos prescritos a largo plazo. La hipótesis del estudio era que los individuos con peor salud periodontal presentarían más enfermedades sistémicas y, por lo tanto, en el futuro necesitarían medicamentos con mayor frecuencia que las personas con un periodonto sano.
Los autores partieron de una base de datos que incluía individuos del área metropolitana de Estocolmo (Suecia) con seguimiento de su estado de salud desde 1985, seleccionando aquellos con registro de la medicación prescrita y adquirida entre los años 2005 y 2017. El diagnóstico de periodontitis se basó en el examen bucodental realizado en 1985, en el que se midieron y registraron varios parámetros periodontales (índice de placa, índice gingival, profundidad al sondaje >5 mm, etc.).
El estudio incluyó un total de 1665 participantes nacidos entre 1945 y 1954, de los cuales 285 habían sido diagnosticados de periodontitis en 1985 (grupo periodontitis), a diferencia de los 1370 restantes (grupo control). Entre los participantes con periodontitis había un mayor porcentaje de varones, fumadores e individuos con un nivel socioeconómico bajo. A nivel global, los medicamentos adquiridos con más frecuencia durante el periodo de estudio según la clasificación ATC (Anatomical Therapeutic Chemical) correspondían a antiinfecciosos para uso sistémico (ATC J), seguidos de fármacos que actúan sobre el sistema nervioso (ATC N) y fármacos utilizados en el tratamiento de enfermedades respiratorias (ATC R). Sin embargo, los participantes con periodontitis no habían adquirido más medicamentos que los controles. De hecho, la proporción de pacientes con periodontitis que habían adquirido medicamentos era menor que la de los participantes del grupo control (89.5% vs. 93.4%).
No obstante, al analizar por grupos terapéuticos, los autores sí hallaron diferencias entre ambos grupos. Concretamente, los participantes con periodontitis habían adquirido más medicamentos antidiabéticos (ATC A10), antagonistas de los canales de calcio (ATC C08), inhibidores del sistema renina-angiotensina (ATC C09), agentes modificadores de lípidos (ATC C10) y medicamentos utilizados para otras enfermedades del sistema nervioso (ATC N07) que los controles. Asimismo, al revisar los medicamentos de forma individual, observaron que los pacientes con periodontitis habían adquirido con mayor frecuencia medicamentos con los siguientes principios activos: insulina (antidiabético), felodipino (antagonista de los canales de calcio), ramipril (inhibidor del sistema renina-angiotensina), simvastatina (agente modificador de lípidos), ketobemidona y fentanilo (analgésicos opioides), vareniclina (fármaco para el tratamiento de la dependencia a la nicotina) y metronidazol (antibiótico). Por otra parte, no encontraron asociaciones positivas entre la adquisición de las distintas categorías de medicamentos y la periodontitis, pero sí observaron que la periodontitis se relacionaba con una mayor probabilidad de adquirir medicamentos con simvastatina, ketobemidona y metronidazol, con aumentos de la probabilidad del 39%, 232% y 46%, respectivamente.
En definitiva, el estudio de Frankenhaeuser et al. mostró que, a largo plazo, los pacientes diagnosticados de periodontitis habían adquirido determinados medicamentos con mayor frecuencia que los participantes del grupo control. Esta observación sugiere que la periodontitis, con el tiempo, podría aumentar el riesgo de enfermedades sistémicas y la consiguiente necesidad de medicamentos para tratarlas.
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