El término ECV se refiere a los problemas del corazón y de los vasos sanguíneos como las cardiopatías coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia cardiaca, las arritmias o las enfermedades de las válvulas cardiacas. Algunos de estos problemas se originan por la acumulación de colesterol y otras sustancias en la pared de las arterias, formando lo que se conoce como placa de ateroma. La formación de la placa de ateroma conlleva un engrosamiento de la pared arterial que puede conducir a la obstrucción de los vasos sanguíneos y originar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular1,2.
Las ECV son la primera causa de mortalidad en el mundo, ocasionando el 32% de todas las muertes3. Solamente en Europa, cada año se diagnostican 11 millones de nuevos casos de ECV. Los principales factores de riesgo de las ECV son el consumo de tabaco y alcohol y los niveles de colesterol en sangre elevados4. Sin embargo, cada vez existe más evidencia que indica que la salud oral también influye en el riesgo de desarrollar ECV5.
Respecto al impacto de la salud oral en el riesgo de sufrir ECV, se ha observado que los pacientes con periodontitis tienen un mayor riesgo de ECV. Asimismo, los pacientes con periodontitis y ECV tienen un mayor riesgo de complicaciones relacionadas con las ECV6. Por eso, y teniendo en cuenta las similitudes entre las enfermedades periodontales y las enfermedades periimplantarias, la revisión de Hofer et al. investigó la relación entre la periimplantitis y las ECV7.
Para llevar a cabo la revisión, los autores realizaron una búsqueda bibliográfica sistemática de los estudios que evaluaban la relación entre las ECV y las enfermedades periimplantarias, definidas según la clasificación de Catón el al.8, obteniendo cuatro estudios que cumplían con los criterios de eligibilidad. Dos de ellos eran transversales, uno retrospectivo y otro de casos y controles. En todos los estudios se describían el nivel de inserción clínica (NIC), la profundidad al sondaje (PS) y el sangrado al sondaje (SS), mientras que el índice gingival (IG) y el índice de placa (IP) solo se describían en dos de ellos. Además, en dos estudios se medían los niveles en sangre de triglicéridos, colesterol y ácido úrico, entre otros parámetros7.
Los principales hallazgos de los estudios incluidos en la revisión fueron los siguientes7:
Teniendo en cuenta las observaciones anteriores, los autores de la revisión sugerían aplicar terapia periodontal profesional en los implantes diagnosticados clínica y radiológicamente de periimplantitis con el fin de prevenir complicaciones cardiovasculares. No obstante, también consideraban necesario disponer de más estudios que analizaran la relación entre la periimplantitis y las ECV7.