El periodonto es el área que rodea el diente y está compuesto por la encía, el hueso alveolar, el ligamento periodontal y el cemento radicular. Es preciso conocer el concepto y la imagen de salud periodontal para poder detectar la presencia de patología. Un periodonto sano consta de un surco gingival, de un epitelio de unión y un tejido conectivo supracrestal sin pérdida de inserción de menos 3 milímetros. Además, debemos observar la inserción del ligamento periodontal. La conservación del aparato de inserción previene la enfermedad periodontal, y su restauración, en caso de haberse alterado previamente, da por finalizado el tratamiento activo.
El trauma oclusal es el daño que produce cambios en los tejidos del aparato de inserción como resultado de las fuerzas oclusales, puede estar causado por inestabilidad oclusal (discrepancias oclusales, migraciones dentales), hábitos parafuncionales como bruxismo o ambas. Es el fracaso de la estructura de soporte para resistir o adaptarse a estas fuerzas.
Existen dos tipos de trauma oclusal:
La enfermedad periodontal se puede asociar a un trauma oclusal secundario como puede ser el bruxismo.
Para realizar un buen diagnóstico debemos conocer la causa de la enfermedad periodontal, y debemos hacer un buen examen clínico y conocer las causas del trauma oclusal. Debemos tener en cuenta que hay varios factores que aumentan el riesgo de progresión de la enfermedad periodontal, entre los que se incluye el trauma oclusal secundario.
Una vez valorado el diagnóstico se procede a planear una secuencia de tratamiento apropiado, y determinar las posibilidades y limitaciones que pueda tener la terapia periodontal dentro del perfil de un paciente que padece trauma oclusal.